La tensión entre nosotros era incontrolable. Apenas cerramos la puerta del auto, nuestras manos comenzaron a recorrer nuestros cuerpos con desesperación. No había tiempo que perder, la emoción de hacerlo ahí, en un espacio tan reducido y con la adrenalina de ser descubiertos, nos encendía aún más. Con cada movimiento, el auto se balanceaba al ritmo de nuestra pasión, los vidrios empañados ocultaban nuestros cuerpos entrelazados, y el placer nos consumía por completo. ¿Te atreverías a probarlo? 🔥🚗💦