Mi esposa quería mostrarme cómo se veía con su disfraz sexy de Halloween. Cuando salió del cuarto, la tela apenas cubría su cuerpo, y no pude resistir la tentación. Sus curvas, el brillo en sus ojos y cómo el disfraz le marcaba cada rincón de su piel me volvieron loco. No me importó nada más en ese momento, solo quería follármela ahí mismo. La tomé con amor, ella gemía bajo mi cuerpo, y la noche de Halloween se volvió mucho más excitante de lo que cualquiera hubiera esperado.