Pues mira, llegué de la peda bien prendido… solo en el cantón y con las ganas hasta el tope.
Traía el chile alborotado, y sin nadie pa’ calmarme, pos me metí mano yo solo.
Despacito al principio, pero luego ya sin freno, viejo.
Me fui dejando caer hasta que solté tremendo chorro de leche…
Neta, parecía que traía la fábrica llena, jajaja.
Ahora dime tú, ¿le vas a entrar al desmadre o nomás andas viendo?