Mia, una hermosa colombiana llena de pasión, se siente sola en una gran casa. Poco a poco, su deseo comienza a despertar. Se va quitando la ropa mientras sus manos masajean sus firmes y lindas tetas. Los lentes le dan un aire inocente, pero en realidad es una fiera. Solo le quedan sus diminutas bragas amarillas. Se frota los pechos, excitándose más y más. Finalmente se desnuda por completo y desliza los dedos con delicadeza en su ardiente y húmedo coño. Sus dedos van de su boca a su sexo, lubricando ese tesoro entre sus piernas. Ahora lo sabe: esto era lo que necesitaba. Ya no se siente sola… se siente viva.