Lo que empezó como una simple sesión de fotos con mi mejor amiga tomó un giro inesperado. Ella posaba con naturalidad y sensualidad frente a mi cámara, sin imaginar lo que realmente planeaba. A medida que la atmosfera se volvía más íntima, la tensión entre nosotros se hizo palpable. Finalmente, no pude contenerme más y le revelé mis verdaderas intenciones. Lo que debía ser solo un trabajo profesional se convirtió en una explosión de deseo, llevándonos a cruzar una línea que cambiaría nuestra relación para siempre.