Adoro mis gemidos que se me hacen sentir hembra que se cuelan en un fino susurro siendo música para mi oídos...
Adoro ver como acarician tus manos y exploran cada parte de mi piel y penetra en mis agujeros siendo el instrumento que da placer...
Adoro ese descontrol, ese desorden que eres capaz de causarme únicamente con hablarme, con aparecer...
Adoro rendirme a ti y tu placer.